Mientras la población intenta como puede evitar el contagio y seguir viviendo, la actividad en los hospitales es incesante. Atender a los enfermos exige su cuidado, alimentación y ropa de cama, que debe ser desinfectada. Hay que trasladar a algunos, hay que llevar a enterrar a los muertos. Médicos y cirujanos visitan, los boticarios hacen las medicinas con principios que guardan en sus establecimientos, los sirvientes atienden las necesidades de unos y otros, los del tinte lavan y desinfectan las ropas, los enterradores dan sepultura a quienes pierden la partida, entre los cuales hay personal hospitalario también.
Memoria de lo trabajado por Juan de Mallada
Salario de los sirvientes del hospital del contagio
Recibí de Jacinto Gualsa, boticario
Petición de Diego Lorenzo Xironza para que su hijo sea tenido por examinado
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