Para leer más

Para leer:

-BALAGUER SÁNCHEZ, Federico, “Médicos y medicinas en la Huesca de 1651”, Argensola, 71-78 (1971-74), pp. 11-136, vid https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2112177

-MAISO GONZÁLEZ, Jesús, “La peste en Huesca de 1651 y 1652”, Estudios de Historia Moderna, Universidad de Zaragoza, 1975, pp. 149-163.

De otros lugares:

-DEFOE, Daniel, Diario del año de la peste, Barcelona, Bruguera, 1983. Merece la pena leerlo, porque proporciona el contexto adecuado para entender los documentos oscenses. Una plaga tradicional, frente a la que los humanos se sienten tan indefensos como ahora. Pero con una diferencia. La que narran los textos y la que reconstruye Defoe son epidemias de las de antes, con fuego, hierbas o vinagre como desinfectantes, con suministros escasos, con médicos en fuga, con guardias voluntarios, con cementerios hechos salubres a base de cal viva. Nada que ver con nuestro personal sanitario, nuestras fuerzas de seguridad, nuestras unidades de desinfección, nuestros comerciantes y suministradores o nuestros geles y guantes.

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