Autor: Miguel Sanmiguel
Localización: Parque Miguel Servet, Calle del Parque, Huesca, España
Emplazamiento: Parque Miguel Servet, junto a la entrada lateral desde la calle del Parque en su entronque con la calle de Miguel Servet.
Colaboradores: Empresa Bronces Artísticos (fundición del busto en bronce)
Materiales: Piedra (pedestal); bronce (busto).
Dimensiones (altura/anchura/profundidad): Pedestal: 1’80 x 0’56 x 0’32 m. Busto: 0’45 x 0’47 x 0’28 m.
Cronología: Verano de 1929 realización de un busto modelado en escayola para el despacho de Vicente Campo; Otoño de 1994 (ofrecimiento de un busto de escayola por parte de la familia de Vicente Campo para ser fundido en bronce); 24 de noviembre de 1994 (informe del concejal José María Escriche proponiendo la fundición en bronce del busto de Vicente Campo); primeros meses de 1995 (fundido en bronce del busto y elaboración del pedestal); 23 de abril de 1995 (inauguración del monumento).
Promotor: Ayuntamiento de Huesca
Propietario: Ayuntamiento de Huesca
Inscripciones: En la cara frontal del pedestal: VICENTE CAMPO PALACIO / ALCALDE / A QUIEN SE DEBE / LA CREACIÓN / DE ESTE PARQUE. En la parte trasera del busto, en la zona derecha, aparece la firma y rúbrica del autor del busto original de escayola, que resulta incomprensible por su grafía poco clara.
Biografía del representado: Vicente Campo Palacio (Bierge, 19-IV-1890 - Huesca, 22-IX-1957) fue un destacado maestro, editor y político altoaragonés. Cursó los estudios de maestro elemental y superior en la Escuela Normal de Huesca, que terminó en 1911 tras disfrutar en 1910 de una pensión de la Junta de Ampliación de Estudios para estudiar la organización escolar de Bélgica, Francia y Suiza, y permanecer durante un curso en Auch (Francia) actuando de repetidor de castellano en su escuela normal. En 1912 logró ingresar en la Escuela de Estudios Superiores del Magisterio de Madrid, donde se formó como profesor de Escuela Normal, título que obtuvo en el año 1915 en la sección de Letras y que le permitió ocupar una plaza vacante en la Escuela Normal de Huesca, centro en el que permaneció hasta su fallecimiento en 1957 y en el que ejerció una gran influencia fruto de su notable preparación, capacidad intelectual e iniciativa, llegando a desempeñar los cargos de secretario (1916-1922) y director (1939-1957). Además, dio a conocer sus ideas pedagógicas a través de distintas publicaciones de carácter didáctico. También colaboró en la prensa (Tierra Aragonesa, Patria) y desarrolló una intensa actividad como editor, publicando por ejemplo las obras completas de Joaquín Costa. A pesar de su interesante vida profesional, Vicente Campo es recordado por su intensa faceta política, que le llevó a ser alcalde de Huesca en dos ocasiones, entre 1927 y 1930 bajo la dictadura de Primo de Rivera, y en el periodo 1947-1953 durante la dictadura de Franco. Fue militante destacado del partido de Primo de Rivera, la Unión Patriótica, de cuyo comité provincial formó parte desde su creación a finales de 1925. En 1927 fue designado alcalde de Huesca, cargo desde el cual emprendió el más ambicioso proyecto de modernización de la ciudad en décadas, que incluyó la creación del Parque Miguel Servet, la urbanización de su entorno, el alineamiento y pavimentación de muchas calles, la construcción de la Plaza de Toros, la modernización y extensión del alumbrado eléctrico y de las redes de alcantarillado y agua potable, y la consecución, gracias a sus constantes viajes a Madrid, de los nuevos edificios de Correos y Telégrafos, la Delegación de Hacienda y la Escuela Normal de Maestros. El cargo de alcalde le llevó a ser designado en 1927 miembro de la Asamblea Nacional en representación de los ayuntamientos de la provincia de Huesca, y Delegado de Fomento, lo que le permitió defender la mejora de las comunicaciones férreas de Huesca. Tras la II República y la Guerra Civil, Vicente Campo recuperó protagonismo público, ejerciendo cargos de gran relevancia como los de Presidente de la Cámara de Comercio e Industria, Delegado de Prensa y Propaganda, Presidente de la Mutualidad de Primera Enseñanza etc., pero sobre todo el de alcalde de la ciudad, que ejerció de nuevo entre 1947 y 1953, pero que, dada la precaria situación de la posguerra, estuvo carente de la gran actividad y brillo público que caracterizó su primer mandato. Vicente Campo falleció en 1957 a los 67 años de edad. En 1969 el Ayuntamiento le dedicó una de las calles que bordean el Parque Miguel Servet, su gran obra como alcalde.
Crónica: La creación del busto en homenaje a Vicente Campo Palacio se debió al impulso del concejal de Parques y Jardines José María Escriche Otal, quien en el otoño de 1994 entró en contacto con los familiares del que fuera alcalde de Huesca entre 1927 y 1929 y en el periodo 1947-1953. Tras tratar con ellos la posibilidad de honrar de manera perdurable la memoria de su antepasado en el Parque Miguel Servet, deseo antiguo de la familia, estos ofrecieron ceder al Ayuntamiento de Huesca un busto en escayola que conservaban con el fin de fundirlo en bronce, ofrecimiento que fue aceptado por Escriche, quien al parecer contaba con el permiso del alcalde Enrique Sánchez Carrasco para realizar gestiones tendentes a la dedicación de un monumento a Vicente Campo. Sin embargo, el concejal, antes de proponer oficialmente a Sánchez Carrasco la fundición en bronce del busto cedido por los familiares del antiguo alcalde, pidió presupuesto a dos empresas con el fin de tener el asunto más avanzado. La empresa Leoncio García de Madrid no presentó propuesta económica, mientras que Bronces Artísticos ofreció fundir el busto por 149.500 pesetas. En vista de ello, el 23 de noviembre de 1994, Escriche redactó un informe para Sánchez Carrasco en el que le informó de manera oficial del ofrecimiento de la familia y de las gestiones hechas ante las dos fundiciones, tras hacer hincapié en que Huesca, además de la dedicación de una calle, debía a Vicente Campo “un recuerdo perdurable, no sólo por ser el artífice y mentor de la construcción del Parque Miguel Servet, sino por ser el primer alcalde que se propone la modernización global de la ciudad”. Escriche concluyó su informe proponiendo a Carrasco el encargo de la fundición del busto en bronce, “con cargo a Inversiones de Jardines”, con el fin de cumplir el compromiso que a su juicio debía la ciudad “a una persona tan relevante como la que nos ocupa”. La propuesta del concejal de Parques y Jardines se vio en la Comisión Municipal de Gobierno del 28 de noviembre de 1994, que acordó que el tema fuera tratado por la Comisión de Cultura antes de darle el visto bueno, algo que el alcalde mandó hacer por decreto fechado el 12 de diciembre. Tras pasar por dicha comisión, la propuesta fue aprobada, por lo que al poco se encargó en firme la fundición en bronce del busto de Vicente Campo, así como la elaboración del pedestal de piedra sobre el que se iba a colocar, labores que se acometieron en los primeros meses de 1995. Una vez terminado, el monumento se instaló en el Parque Miguel Servet, junto a la entrada lateral desde la calle del Parque, lugar donde se inauguró el 23 de abril de 1995, coincidiendo con la festividad de San Jorge, patrón de Aragón, durante un sencillo acto que estuvo presidido por el alcalde Enrique Sánchez Carrasco y los familiares de Vicente Campo Palacio, que se mostraron muy agradecidos por el detalle del concejo. En el transcurso de la inauguración el alcalde dijo a los presentes que gracias a Vicente Campo Huesca tenía un parque “del que los oscenses estamos orgullosos y los visitantes nos envidian”.
Comentario: El Busto de Vicente Campo Palacio se ubica en el Parque de Miguel Servet, junto a la entrada lateral a esta zona verde desde la calle del Parque, muy cerca del entronque de dicha vía con la calle de Miguel Servet. Se compone de dos partes diferenciadas: un sencillo y alto pedestal realizado en piedra, de formato prismático y líneas muy puras, y el busto de bronce propiamente dicho, que fue fundido a partir de un busto en escayola que poseía la familia realizado en 1929 para el despacho de Vicente Campo por el escultor aficionado oscense Miguel Sanmiguel. El antiguo alcalde de Huesca aparece representado de manera muy realista, a una mediana edad, entrando casi en la cuarentena, como lo denotan las incipientes arrugas que ya presenta su rostro. Va vestido con americana, camisa y corbata y su postura es estrictamente frontal, un tanto rígida y hierática. El gesto del rostro es serio y adusto, mientras que la mirada resulta reconcentrada pero algo inexpresiva, carente de vida, siendo este aspecto uno de los peor resueltos del retrato de Vicente Campo. Por lo demás, se trata de un ejercicio escultórico correcto y digno, con una representación de la figura humana bien proporcionada y equilibrada, y de tratamiento plástico estrictamente realista, incluso detallista, dada la minuciosidad con que están resueltos elementos como las arrugas de la chaqueta o los pliegues del rostro y el propio cabello. Además, los rasgos fisionómicos del personaje, especialmente sus facciones y su característica nariz, están captados y reproducidos con bastante acierto y fidelidad a la realidad, al ser muy cercanos a lo que muestran distintas fotografías antiguas de Vicente Campo. Sin embargo, el aspecto global del monumento resulta poco armónico por las proporciones demasiado estilizadas del pedestal y su excesiva altura con respecto a las dimensiones del busto, que es de tamaño natural y no algo mayor como hubiera sido preferible y suele ser habitual en esculturas de este tipo, lo que hace que éste quede un tanto empequeñecido y pierda protagonismo.
Bibliografía: ANÓNIMO, artículo en la revista Huesca Ilustrada, 1 de septiembre de 1929. ANÓNIMO, “El Paseo de los Tamarindos se halla en vías de total rehabilitación”, en Diario del Altoaragón, 1 de noviembre de 1994, p. 6. ANÓNIMO, “En el día de San Jorge, Huesca rinde tributo a dos oscenses ilustres: el escultor José María Aventín y el Alcalde Vicente Campo Palacio, impulsor del Parque Municipal”, en Diario del Altoaragón, 23 de abril de 1995, p. 7. ANÓNIMO, “Huesca disfrutó de una tranquila y concurrida fiesta de San Jorge”, en Diario del Altoaragón, 24 de abril de 1995, p. 3. AZPÍROZ PASCUAL, J. M., Poder político y conflictividad social en Huesca durante la II República, Huesca, Ayuntamiento de Huesca, 1993, p. 289. NASARRE LÓPEZ, J. M., Liberalismo educativo: inercia y renovación en la formación de los maestros altoaragoneses (1842-1936), Zaragoza, Ayuntamiento de Huesca y Prensas Universitarias de Zaragoza, 2002, pp. 278-282. www.enciclopedia-aragonesa.com (voz Campo Palacio, Vicente).
Ficha: Javier Martínez Molina
Biografía del autor: Miguel Sanmiguel era descrito por la revista quincenal Huesca Ilustrada como un "notable aficionado". No conocemos otras esculturas suyas, pero algunas acuarelas con su firma están en comercios de arte y antigüedades.