Autor: Eduardo Cuello Oliván
Localización: Monumento a la Paz, Huesca, España
Emplazamiento: Isleta ajardinada de forma triangular ubicada en la confluencia de la Avenida de la Paz con la Avenida del Santo Cristo de los Milagros y con la calle de Sariñena, junto a la Comisaría Provincial de Policía.
Colaboradores: Brigadas municipales (ejecución material de las obras y urbanización y ajardinamiento del entorno).
Materiales: Hormigón armado (cimentación, gradas, estructura del podio y columnata) Piedra (enlosado del podio y placas que envuelven la parte baja de la pirámide)Acero inoxidable (pirámide, vástagos que parten
Dimensiones (altura/anchura/profundidad): 16’21 m (anchura) x 8’47 m (profundidad).
Cronología: Primavera de 1991 (ofrecimiento del Rotary Club de Huesca para construir a sus expensas un Monumento a la Paz) 6 de junio de 1991 (aceptación del ofrecimiento por parte del Ayuntamiento de Huesca) 13 de abril de 1992 (firma del convenio entre el Rotary Club de Huesca y el Ayuntamiento para regular la construcción del Monumento a la Paz) otoño-invierno de 1992-1993 (construcción del Monumento a la Paz) 20 de marzo de 1993 (inauguración del Monumento a la Paz).
Promotor: Rotary Club de Huesca
Propietario: Ayuntamiento de Huesca
Inscripciones: En una placa de piedra que cubre la parte baja de la cara frontal de la pirámide: PAZ En una placa que cubre el podio, situada justo delante de la pirámide, acompañando a una representación de la paloma picassiana: 1992 En el paramento mural que cierra la columnata en su extremo izquierdo, en una composición en acero inoxidable que incluye el símbolo del Rotary Club, en letras caladas: ROTARY CLUB / HUESCA En el paramento mural que cierra la columnata en su extremo derecho, en una composición en acero inoxidable que incluye el escudo de la ciudad de Huesca, en letras caladas: AYUNTAMIENTO / HUESCA.
Crónica: En la primavera de 1991 el Rotary Club de Huesca ofreció al Ayuntamiento construir a sus expensas un monumento a la Paz, consistente en un “pórtico con cinco columnas”, en la salida hacia Sabiñánigo. Dicho ofrecimiento fue aceptado por la corporación en el pleno del 6 de junio de 1991 tras un informe favorable de la Comisión de Urbanismo, aunque dejando en suspenso la elección de su ubicación. Así, el 2 de diciembre de 1991, la Comisión de Gobierno acordó que se construyera en el Parque de “Los Olivos”, emplazamiento que no fue el definitivo ya que el 2 de marzo de 1992 la misma comisión decidió que se levantara en una isleta ajardinada situada en la confluencia de las avenidas de la Paz y del Santo Cristo de los Milagros, ubicación que se recogió en el convenio que el 13 de abril de 1992 firmaron el Rotary Club de Huesca y el Ayuntamiento con el fin de regular la construcción del Monumento a la Paz. El 10 de julio de 1992, el presidente de turno del Rotary Club de Huesca, Rafael Calvo Gracia, presentó al Ayuntamiento el proyecto definitivo del Monumento a la Paz. Había sido diseñado por el arquitecto oscense Eduardo Cuello Oliván, socio del Rotary Club de Huesca, y sus planos, que iban fechados en junio de 1992, habían sido visados por el Colegio Oficial de Arquitectos de Aragón el 1 de julio de 1992. Acompañando al proyecto, Rafael Calvo presentó un escrito informando de que el Rotary Club tenía intención de iniciar las obras una vez finalizadas las Fiestas de San Lorenzo. De inmediato el alcalde mandó pasar la documentación a Urbanismo, dado que antes era necesario obtener la licencia de obras. Así, el 22 de julio la arquitecta municipal Rosana Pérez Ramón emitió un informe favorable, de tal manera que el 27 de julio la Comisión de Gobierno acordó conceder la licencia de obras al Rotary Club, obras que a principios de diciembre de 1992 estaban en plena ejecución y que se concluyeron a mediados de marzo de 1993. El monumento tuvo un coste final de unos tres millones de pesetas, que fueron sufragados con aportaciones de los 18 rotarios oscenses y con ayudas gestionadas por ellos mismos, aunque de su ejecución material se encargaron las Brigadas Municipales, que también acometieron la urbanización del entorno. El 19 de marzo de 1993, el presidente de turno del Rotary Club de Huesca, que ese año era el propio Eduardo Cuello, dio una rueda de prensa acompañado del alcalde, en la que presentó el nuevo Monumento a la Paz, que fue inaugurado y entregado a la ciudad al día siguiente, 20 de marzo de 1993, en un sencillo acto al que asistieron los socios del Rotary oscense y rotarios de Zaragoza, Francia e Italia. El Ayuntamiento estuvo representado por los portavoces de los grupos políticos y por su alcalde, Enrique Sánchez Carrasco, que ensalzó la “labor social, callada y profunda” del Rotary Club de Huesca. Por su parte, Eduardo Cuello agradeció la colaboración del Ayuntamiento para levantar el monumento, que según recalcó, estaba pensado no sólo como ornamento público sino como “un lugar de celebración para todos aquellos ciudadanos y colectivos que quieran conmemorar la verdadera paz, no la que surge con vencedores y vencidos”.
Comentario: El Monumento a la Paz es una obra de arte público de marcado carácter arquitectónico y genuino sabor postmoderno que, según su propio autor, responde a una concepción de monumento “a la manera clásica, como espacio formal de connotaciones alegóricas, utilizando en su composición elementos clásicos simplificados”. Se trata de una especie de templete o altar inspirado en la arquitectura grecorromana cuya misión principal es la de servir de lugar de celebración de actos públicos vinculados a la promoción y conmemoración de la Paz, algo comprensible teniendo en cuenta que una de las finalidades principales de los clubes rotarios de todo el mundo es el fomento de la paz y el entendimiento entre los pueblos. La obra está compuesta por tres partes: un podio, una columnata que lo enmarca y una pirámide que vincula ambos elementos. El podio es una plataforma elevada sobre tres gradas que presenta su superficie cubierta por losas de piedra negra y que tiene una planta en forma de cuadrante de círculo o abanico abierto. Por su parte, la columnata, que fue construida toda ella in situ en hormigón armado mediante grandes moldes de encofrado, está formada por cinco pilares cilíndricos a modo de columnas (en el diseño eran pilares cuadrados y su aspecto era más clásico, ya que presentaban basa y capitel, elementos que fueron sustituidos durante la ejecución por unas argollas de acero inoxidable que pretenden sugerirlos) que apoyan sobre un alto basamento y que sustentan un pseudoentablamento, elementos que están resueltos de manera idéntica y que quedan reducidos a la mínima expresión a nivel decorativo (ambos presentan un cuádruple estriado horizontal). Dicha columnata, que queda enmarcada en sus extremos por sendos paramentos murales realineados (son de planta triangular y sostienen dos composiciones en acero alusivas al Rotary y al Ayuntamiento), se adapta al perfil triangular del podio inferior dividiéndose en dos grandes lienzos columnarios, cada uno de dos columnas, que convergen en el vértice de dicho podio, que queda enfatizado por la quinta columna, situada en el centro, que actúa de punto de confluencia visual. Finalmente, la pirámide, hecha en acero inoxidable, se sitúa sobre el eje del podio a cierta distancia de la columna central, y de su vértice parten tres vástagos de acero que, siguiendo la inclinación de la cara frontal de la pirámide, apuntan hacia el firmamento. Según Eduardo Cuello, la columnata evoca los cinco continentes, mientras que la pirámide pretende ser el “testimonio ancestral de la Paz en sus momentos históricos”, simbolismo que queda remarcado por una gran losa de piedra que cubre la parte baja de la cara frontal de la pirámide y que incluye la palabra Paz, y por otra placa, que en este caso cubre la zona del podio situada delante de la pirámide, que porta la paloma picassiana y el año 1992, el del inicio de la construcción del monumento. Por su parte, los tres vástagos que parten de la pirámide simbolizan “la endeblez y lo inacabado de la construcción moderna de la Paz, pero el indudable deseo de superación humana en su consecución por encima de los intereses coyunturales de cada momento histórico”.
Bibliografía: A. B., “La autovía Huesca-Lérida tiene el apoyo municipal”, en Diario del Altoaragón, 7 de junio de 1991, p. 5. A. B., “Próxima creación de un centro de intercambios para los transportistas”, en Diario del Altoaragón, 5 de junio de 1991, p. 8. ANÓNIMO, “El Club Rotary entrega a Huesca un espacio para conmemorar la paz”, en Diario del Altoaragón, 19 de marzo de 1993, p. 6. ANÓNIMO, “El monumento a la paz será instalado en Los Olivos”, en Diario del Altoaragón, 3 de diciembre de 1991, p. 7. ANÓNIMO, “Huesca construye sus deseos de Paz. Ayer fue inaugurado el monumento impulsado por el Rotary Club”, en Diario del Altoaragón, 21 de marzo 1993, p. 5 y portada. S. C., “Un vendaval movió la noche oscense”, en Diario del Altoaragón, 9 de diciembre de 1992, p. 4.
Ficha: Javier Martínez Molina
Biografía del autor: Eduardo Cuello Oliván es arquitecto por la Escuela Superior de Arquitectura de Barcelona en 1975. Ha desarrollado su actividad profesional, fundamentalmente en el Altoaragón, abarcando las distintas disciplinas relativas al diseño, la arquitectura y la planificación urbanística. Entre los proyectos realizados en los últimos años, además de la arquitectura residencial y hotelera, hay que destacar la rehabilitación y ampliación del Teatro Olimpia y la reconstrucción para Centro Cultural de Ibercaja del Palacio de los Condes de Guara (Palacio de Villahermosa), ambos en Huesca. En cuanto a su vertiente artística como diseñador de esculturas y obras de carácter plástico podemos citar el “Monumento a la Paz” y el “Memorando al Doctor Artero” en el Centro de Atades ambas en la ciudad de Huesca, además de numerosos diseños incorporados en distintas obras realizadas.